Obra para violoncelo y orquesta Op. 33 de Piotr Ilich Chaikovski (1876). La selección de un tema al estilo del siglo XVIII y la serie de variaciones de virtuosismo muestran la unión de Chaikovski con la música galante y su intención de componer una obra sin otro fin que el efecto y la diversión. Si las variaciones agotan las posibilidades técnicas del instrumento solista en todos sus registros (escalas, arpegios, trinos, semicorcheas), a veces sobrepasan la función musical, que es la de la cantinela, más bien que la dinámica. El dedicatorio de la obra, el violoncelista Fitzenhagen, hizo de ésta una revisión que se diferenciaba considerablemente del...